Como superficie de acabado, el gres porcelánico desempeña un papel cada vez más importante en la construcción y la arquitectura: en nuevas construcciones y rehabilitaciones, en el diseño de interiores y en la envolvente exterior, incluso en el pavimento de grandes espacios urbanos. Cumple con las normativas que, en los distintos países, regulan el mundo de la construcción y cuenta con las certificaciones de producto más autorizadas. Además, ayuda a los edificios en los que se emplea a adquirir créditos medioambientales.